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“Si no se hace una reforma tributaria, al Perú le va a costar el crecimiento”

Luis Alberto Arias Minaya. Economista de la PUCP. Máster en Economía por la London School of Economics and Political Science. Ex jefe de la Superintendencia Nacional de Aduanas y Administración Tributaria (Sunat). Ex vicepresidente del Banco Central de Reserva.

Uno de los principales retos económicos de Martín Vizcarra será emprender una reforma tributaria que permita elevar la recaudación de impuestos, afirma el economista Luis Arias Minaya. Con el déficit fiscal más alto de milenio y con ingresos que cada año decrecen más, las alarmas parecen encenderse.

¿En qué estado recibe la economía el presidente Vizcarra?

El país ha llegado a conjugar dos aspectos: una crisis política, que felizmente se está resolviendo; y una desaceleración económica que se manifiesta a través de diversos indicadores. Por ejemplo, el comportamiento de la manufactura no primaria, que se encuentra en caída; el comportamiento del sector comercio, cuyas tasas de crecimiento apenas alcanzan el 1%. De igual forma, el sector electricidad, que bordea el 6%. Existe una caída del empleo formal, por errores en políticas económicas. Tenemos fortalezas macroeconómicas en la parte monetaria, en reservas internacionales, en la parte cambiaria. El BCRP está haciendo un magnífico trabajo, porque existe un espacio que permite una inflación baja y una política monetaria expansiva. Hay una situación política en la que el tránsito viene siendo adecuado, pero el nuevo gobierno enfrenta retos importantes.

El saliente gobierno deja tareas pendientes, entre ellas una reforma tributaria. Usted ha sido muy crítico del manejo fiscal.

En el campo fiscal, nuestra principal fortaleza son los ahorros que juntamos en la época de las vacas gordas, pero ya han empezado a consumirse. Nuestras debilidades son el alto déficit fiscal (que está arriba de 3%) y la caída de los ingresos. El talón de Aquiles de la economía peruana en la parte fiscal es que tenemos una reducida presión tributaria, una de las más bajas en el Perú en los últimos 50 años, y también en América Latina. Ese es el principal pasivo que deja Kuczynski. Además, varios pasivos y pendientes en el MEF: no se ha aprobado la regla antielusión, no se ha combatido la evasión tributaria, se hizo una reforma tributaria fallida, no se logró una racionalización de exoneraciones tributarias. Estas son las tareas que el actual presidente debe enfrentar con decisión y rapidez.

El ciclo de buenos precios de los metales repercute en una mejora de la recaudación minera. ¿Es suficiente para mejorar la recaudación tributaria?

La presión tributaria ha empezado a recuperarse en los últimos meses por efecto de la minería, pero si uno mira la recaudación no minera, se sigue cayendo. Lo que el país recauda asociado a minerales no es suficiente, es volátil. Además, aún cuando los precios son buenos, en ningún momento se va a repetir el boom de ingresos fiscales que tuvimos en los años 2007, 2008. Los costos de las empresas mineras son más altos que antes, venimos de un periodo en el cual se han hecho grandes inversiones y deben pasar muchos años para que se recupere el monto de las inversiones. Hoy en día, la economía peruana es más grande y, por tanto, la recaudación minera no va impactar tan positivamente como lo hizo en el pasado. Va a crecer, pero será insuficiente para cerrar la brecha fiscal y hacer frente a las grandes demandas que el país necesita para transitar hacia el desarrollo. Para eso se necesita mejorar significativamente los gastos de educación, salud y seguridad. No se va a poder hacer solamente confiando en los buenos vientos de la economía mundial. Se necesita un nuevo pacto fiscal para el país.

Además, mucho de lo que se recauda en minerales está yendo a cubrir el déficit fiscal.

Eso es consecuencia de que los ingresos están deprimidos y que pese a los grandes esfuerzos del MEF para recortar gastos, no alcanza. Lo poco que está aumentando la recaudación minera sirve para mantener el déficit fiscal en niveles razonables. Es clarísimo y va a seguir pasando. En este momento no hay ninguna estrategia clara de cómo se va hacer para reducir el déficit a partir del próximo año. Eso es lo peligroso. Si no se emprende una reforma tributaria, eso le va a costar al Perú varios puntos de crecimiento del PBI. Porque vamos a tener que recortar el gasto público, principalmente la inversión pública.

¿En cuánto tiempo debe Vizcarra iniciar una reforma fiscal y encaminar su gestión económica?

En los primeros 100 días se deben tomar medidas de corto plazo y emergencia. Paralelamente se debe proponer al Congreso, antes de presentar el presupuesto en noviembre, quizás en octubre, la reforma tributaria integral para que rija desde el 1 de enero del próximo año. No hay más tiempo.

¿Cuál es la situación del Fondo de Estabilización Fiscal (FEF)? La ministra Cooper adelantó que estos fondos ya estaban empezando a utilizarse

Tenemos el FEF que está en US$ 4 mil millones y adicionalmente había cerca de US$ 10 mil millones de depósitos en moneda extranjera que estaban en el BCR. Los dos fondos ya se han ido reduciendo y actualmente estamos en US$ 9 mil millones. Una parte se cambió a soles y se está utilizando de manera intensa. Es claro que los ahorros se están consumiendo. La forma en que se está financiando el déficit fiscal es, principalmente, con la utilización de ahorros. Eso no se puede hacer de manera indefinida. Por ello, la importancia de inicar un proceso de consolidación fiscal.

El Marco Macroeconómico Multianual tenía una meta de 15,6% del PBI para 2021 en materia de presión tributaria. Sin embargo, estamos por debajo del 13% ¿Cuánto debería ser la meta?

Cuando asumió Zavala, la presión tributaria era 14% y se proyectó subirla a 17%, lo cual era irrealizable. Hoy estamos por debajo de 13%. Tenemos que establecer una meta realista. Subir medio punto cada año sería lo más adecuado.

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