NACIONALES

Paul Krugman: Un mejorado Acuerdo Comercial del Pacífico

El TPP se ve mejor que antes, y eso hace enojar a gran parte del Congreso de EEUU. La Casa Blanca me dice que este acuerdo alcanzado es significativamente distinto al que tuvimos antes.

Anteriormente me he descrito como un tibio oponente del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP). Aunque no comparto el intenso desagrado que muchos progresistas sienten por el acuerdo, he visto que no tiene mucho que ver con el comercio sino con reforzar los monopolios de propiedad intelectual y la influencia corporativa en las resoluciones de disputas; ambas cosas discutiblemente malas, incluso desde un punto de vista de la eficiencia.
Pero la Casa Blanca me dice que el acuerdo alcanzado esta semana es significativamente distinto al que tuvimos conocimiento antes; y la encolerizada reacción de los representantes de la industria y de los legisladores republicanos parece confirmarlo. Lo que sé hasta el momento: la industria farmacéutica está enojada porque la extensión de los derechos de propiedad en derivados biológicos es mucho más limitada de lo que quería; la industria del tabaco está enojada porque fue excluida del convenio para la resolución de disputas, y los republicanos lo están porque las protecciones laborales resultaron más firmes de lo que esperaban. Todo representa buenos acontecimientos desde mi punto de vista, aunque voy a tener que hacer mucha más tarea una vez que los detalles sean más claros.
Es interesante que lo que estamos viendo hasta el momento sea una dura reacción de los conservadores contra estas mejoras. Pienso en el trabajo de Gene Grossman y Elhanan Helpman sobre la economía política de los acuerdos de libre comercio (nber.org/papers/w4597), en el cual ambos economistas concluyen, basados en un modelo altamente estilizado pero de todos modos interesante sobre las políticas de interés especial, que: “Un Acuerdo de Libre Comercio tiene más probabilidad de ser políticamente viable exactamente cuando sería socialmente perjudicial”.
El TPP se ve mejor que antes, y eso hace enojar a gran parte del Congreso.

Europa no aprendió

Si quiere sentir desesperación respecto de las perspectivas de Europa, primero vea una presentación reciente de Peter Praet, el economista en jefe del Banco Central Europeo (bit.ly/1FV6AzQ), y después lea una columna de opinión reciente en el Financial Times escrita por Ludger Schuknecht, el economista en jefe del Ministerio de Finanzas de Alemania (on.ft.com/1OTfalF).
Praet presenta una imagen de un Continente agobiado por una demanda inadecuada, con una fuerte corriente descendente deflacionaria. Schuknecht, mientras tanto, declara que tenemos que frenar los estímulos y reducir la deuda; en otras palabras, que todos los países deberían ser como Alemania y registrar un enorme superávit comercial.
Si hay una cosa que deberíamos haber aprendido de la experiencia de los últimos siete años es que sumar realmente cuenta. Mi gasto es su ingreso, y su gasto es mi ingreso. Si todas las naciones recortan el gasto e intentan pagar sus deudas al mismo tiempo, los ingresos caen y los problemas de deuda probablemente empeoran. La proporción deuda/PBI de Europa no crece porque esté gastando más que durante los años buenos; el déficit estructural general de la eurozona es muy pequeño, mucho más bajo de lo que fue entre 2005-07. Pero un crecimiento y una inflación bajos significan que el PBI no va a ningún lado.
Las autoridades alemanas ven todo esto como un recuento de sus virtudes contra la falta de las de todos los demás.
Esto significa que nadie va a cambiar de rumbo aparte de los funcionarios del BCE, quienes están en el proceso de descubrir qué tan limitada realmente es la política monetaria cuando las tasas de interés son muy bajas y la política fiscal está jalando en la dirección equivocada.

Habrá trueques que harán más felices a unos que a otros

Señor Krugman, consistentemente hace referencia a Estados Unidos como si fuera una sola entidad, cuando no lo es. Está el Estados Unidos de los que importan: el 1% más rico, así como sus bancos, sus medios, sus políticos y, finalmente, su gobierno.
Y luego está el Estados Unidos del resto de nosotros. Entonces, supongo que tendré que depender del análisis de otros para entender lo que este tratado pudiera significar, aunque sospecho que será bueno para el 1%, y malo para los trabajadores y el medio ambiente.
_ R.B., Minnesota
Los demócratas acaban de perder un voto. Necesito encontrar un candidato presidencial que se oponga al TTP y al TNLC, y que apoye la cobertura médica universal y reducir los impuestos para la clase media. Los únicos dos candidatos que cumplen estos requisitos son el señor Sanders y Donald Trump.
_ J.H., California
Como sucede con todos los acuerdos, habrá trueques que pondrán más felices a unos que a otros, pero lo que importa es la totalidad del acuerdo.
_ John, Connecticut

 

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