Navieras comienzan a imponer multas por cancelaciones de embarques
Armadores buscan minimizar cantidad de contenedores que no llegan a destino.
Siguiendo una tendencia en alza, Hapag Lloyd ha anunciado que comenzará a aplicar una multa de US$60 a todo contenedor proveniente de la ruta Singapur-India que cancele su reserva de espacio hasta tres días previos a la recalada de la embarcación en puerto, donde se registra una tasa de cancelación de 25%. La medida se hará efectiva a contar del 9 de junio de 2017.
Anteriormente, CMA CGM anunció una medida similar, efectiva a contar del 1 de junio, con un valor de US$150/TEU para los contenedores que transitan la ruta Norte de Europa- Este de India.
Antigua estrategia
Esta no es la primera vez que las navieras intentan penalizar a través de multas a los dueños de la carga que no cumplen con su compromiso de embarque. Navegar con espacios vacíos aumenta los costos operacionales, ya que se necesita la misma cantidad de combustible y tripulación para una nave a medio llenar o una completa. Además, con tarifas de flete y tarifas spot inestables, la multa es una manera de compensar ese pago que el dueño de la carga se está “ahorrando”.
Ya en 2016 hubo intentos por parte de Hapag Lloyd de imponer un cargo de US$40 por cancelación de embarque e incluso Maersk analizó la posibilidad de una medida similar, pero en ninguno de los dos casos se concretó.
Probando el mercado
Por el momento, la tendencia muestra que las navieras que han optado por esta medida lo están haciendo de manera acotada en rutas específicas, ya sea porque aquellas rutas en cuestión presentan un comportamiento que amerita la medida, o bien, lo están haciendo a modo de prueba para testear la tolerancia y aceptación de la industria antes de anunciar la modalidad a nivel mundial.
Mientras algunos dueños de la carga consideran que la medida es adecuada y que obligará a los expedidores a “comportarse”, otros no son tan comprensivos y argumentan que de imponerse un cargo por cancelación de embarque entonces debería existir de igual manera una multa a los armadores por “incumplimiento”.
Lo cierto es que la cancelación de reservas de embarque es la causante de una sobrerreacción por parte de la industria naviera, donde frecuentemente se hace una sobreventa de espacios –similar a lo que ocurre en la industria de la aviación comercial con la sobreventa de asientos- lo cual después causa disrupciones en la cadena logística contenerizada.