BID: Los desafíos logísticos y en infraestructura para las naciones Sudamericanas
El estudio “Construir oportunidades para crecer en un mundo”, publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), detalla una serie de desafíos que se enfrentan las naciones sudamericanas y entrega una receta detallada de las acciones que se pueden tomar. En MasContainer nos enfocamos en lo que dice relación con los desafíos logísticos y de infraestructura.
Argentina presenta un rezago en las clasificaciones globales de competitividad de infraestructura. El informe señala que en el Ranking Mundial de Infraestructura del Foro Económico Mundial de 2018, Argentina ocupa el 68º lugar entre 140 países, por detrás de países pares de América Latina, como Chile (41), México (49) y Uruguay (62). La inversión en infraestructura representa el 2,5% del PIB, y la calidad del stock de infraestructura es inferior a la esperada teniendo en cuenta el nivel de desarrollo del país.
Para cerrar la brecha de infraestructura, el país debería duplicar el nivel de inversión como porcentaje del PIB durante los próximos 15 años. Se calcula que esto tendría como resultado un aumento del PIB per cápita del 3% a lo largo de un período de cinco años. Dado su nivel de ingreso, tomando como referencia su PIB per cápita, Argentina se sitúa por debajo del nivel esperado de desarrollo en el sector del transporte, pero supera ligeramente las expectativas en los sectores de energía y telecomunicaciones.
Como recomendaciones el BID plantea que para impulsar la infraestructura del país se requiere una combinación de medidas de política, que van desde el desarrollo de un sistema adecuado de mecanismos de atracción de la inversión, garantizar estabilidad macroeconómica, hasta la exploración de intervenciones clave en subsectores con un alto potencial de crecimiento.
Los ejercicios de análisis de brecha llevados a cabo por el grupo BID muestran que los problemas que afectan al sector de infraestructura en Brasil tienen un carácter sistémico. Entre ellos se encuentran una deficiente planificación de largo plazo, la necesidad de una visión estratégica integrada y la necesidad de mejorar la orientación y selección de proyectos para apoyar la construcción de una cartera de calidad.
El BID recomienda para Brasil en áreas como el transporte mejorar el sistema de transporte incluyendo la construcción de sistemas de transporte multimodales que reducen los costos logísticos y promueven planes estratégicos de transporte que integran los diferentes modos; en materia energética apoyar la innovación para aumentar la competitividad en los segmentos de energía eólica y solar.
La inversión en infraestructura económica ha aumentado de manera significativa en años recientes, y ha alcanzado un total US$13.000 millones en 2015, lo cual equivale al 6,9% del PIB, señala el informe.
Los desafíos en propios de los distintos subsectores de transporte (vial, ferroviario y portuario) se combinan con aspectos de logística y calidad de la infraestructura. Según el Informe de Competitividad Global (ICG) del Foro Económico Mundial (FEM) 2018, Perú ocupa el puesto 85 en infraestructura, entre 140 países. Entre los distintos aspectos considerados, el peor posicionado es la calidad de las carreteras, que se ubica en el lugar 108. La baja calidad de la infraestructura en Perú resulta en altos costos de logística que a su vez limitan el potencial de las cadenas de valor y las exportaciones.
En cuanto a las recomendaciones se concentran en dos aspectos cruciales. En primer lugar, se sugiere ajustar los modelos de gestión para reforzar la planificación y priorización estratégica de las inversiones en infraestructura. A la fecha, en la mayoría de los sectores la asignación de recursos se realiza sin los criterios relevantes que prioricen las regiones, sectores y dimensiones que adolecen de un menor nivel de cobertura y calidad. Los cambios requeridos dependerán de cada sector y sus subsectores.
En segundo lugar, para cerrar la brecha de infraestructura tanto en términos cuantitativos como cualitativos, además de fortalecer las capacidades de las instituciones públicas, es necesario apoyar la implementación del nuevo marco regulatorio de APP.
En Chile se observan diferentes grados de brechas de infraestructura dependiendo del sector. En el transporte las brechas más grandes se dan en términos de porcentaje de caminos pavimentados, seguido de la densidad de los caminos (en relación con la superficie de tierra
cultivable) y la calidad general de la infraestructura.
Se señala que la calidad de la infraestructura de transporte ralentiza el movimiento de bienes y personas y debilita el desempeño logístico (los costos logísticos en Chile son el doble comparados con la economía OCDE promedio).La infraestructura es el componente más rezagado de la logística en Chile, donde los ferrocarriles tienen la calificación más baja en infraestructura de calidad, seguidos del transporte aéreo, puertos y caminos.
En relación con las recomendaciones para las políticas, se señala que es importante diseñar e implementar un plan de desarrollo de infraestructura centrado en i) el cambio climático en el sistema de cuencas; ii) la logística, particularmente la capacidad y conectividad multimodal, incluyendo el desarrollo de puertos y la infraestructura de acceso; iii) vínculos entre el sector del turismo y otras actividades económicas; y cuellos de botella de infraestructura urbana e interurbana, entre otros puntos.
La provisión y calidad de infraestructura de transporte y logística, energía, y agua y saneamiento, así como de conectividad y telecomunicaciones presenta deficiencias en Paraguay. Estas deficiencias están relacionadas tanto con brechas de inversión, como con debilidades institucionales que restringen la canalización efectiva de los recursos públicos señala el informe.
Paraguay se encuentra en las últimas posiciones a nivel global en términos de la calidad de carreteras, puertos y aeropuertos.11 De acuerdo con datos del Foro Económico Mundial (FEM), el país se ubica en el puesto 136 de138 en cuanto a la calidad de las carreteras y en el puesto 132 de 138 en términos de la calidad de la infraestructura de los aeropuertos.
En cuanto a las recomendaciones en Transporte y logística señalan que es fundamental priorizar inversiones que optimicen el tránsito de productos y servicios, tales como la construcción del corredor vial bioceánico y en energía se debe fortalecer la institucionalidad del sector con énfasis en la visión estratégica de largo plazo.
El informe del BID indica que Uruguay presenta algunas brechas negativas en infraestructura en comparación con países de ingreso per cápita similares. La mayor brecha negativa está relacionada con el transporte. Aunque la energía muestra una brecha positiva pequeña, los precios de la energía se mantienen altos.
En cuanto a las recomendaciones plantean el uso de nuevas tecnologías en el transporte vial y la logística podría arrojar beneficios sociales y ambientales mejorando la eficiencia y reduciendo los costos del consumo y las emisiones de energía. En las zonas urbanas, el sistema de transporte público requiere reestructurar algunos servicios y mejorar su calidad.
Bolivia es un país mediterráneo con una gran extensión territorial, baja densidad poblacional, y marcada diferencia de altitud entre las ciudades principales. Por tanto, presenta desafíos de transporte que se traducen en costos de logística elevados que afectan la productividad de las empresas y dificultan la comercialización de sus productos. A su vez, el Estado ha adoptado un rol primordial en cuanto a la inversión pública en los últimos años, con especial énfasis en infraestructura.
En trasporte se señala que más de un 60% de los caminos administrados por los gobiernos departamentales y municipales no está pavimentado, lo que eleva los costos de transporte y el tiempo de traslado. En telecomunicaciones Bolivia se caracteriza por un bajo uso de las tecnologías de la información y comunicación (TIC), y un escaso nivel de penetración de las mismas.
El BID recomienda mejorar y mantener las condiciones de las vías, lo que requerirá inversiones en toda la red vial en los próximos años, principalmente en la Red Vial Departamental (RVD) y en la Red Vial
Municipal (RVM), las que permitirán garantizar la transitabilidad permanente, reducir los costos de transporte y aumentar la productividad de la economía, especialmente en el sector agropecuario.
El BID señala que durante los últimos años, la inversión total en infraestructura se incrementó de manera considerable y alcanzó un 6,5% como proporción del PIB en 2015.4 De esta inversión, más del 63% correspondió a inversión privada (4,1% del PIB) y se concentró principalmente en el sector transporte.5 A pesar de lo anterior, el crecimiento económico del país continúa explicándose fundamentalmente por acumulación de factores, y no por aumentos en la productividad.
En transportes Colombia presenta importantes desafíos que
afectan significativamente la productividad de su economía. Entre ellos se destaca la insuficiente dotación y la baja calidad de la infraestructura de carreteras.
En esa línea se recomienda mejorar el estado de la red actual y contar con 45.000 km de red vial adicional, en conjunto con el desarrollo de plataformas logísticas que posibiliten el aumento del valor de la carga. Para esto, deberá –entre otras estrategias– incrementar la inversión en transporte usando recursos públicos y privados, mejorar la ejecución de la inversión pública en los niveles de gobierno central y subnacional.
El trabajo del BID indica que de acuerdo con el análisis de Bonifaz y Díaz-Cassou (2018), Ecuador no ha alcanzado el nivel que le correspondería de acuerdo con su grado de desarrollo en lo relativo a acceso a agua potable, electricidad y telefonía móvil. En cambio, ya ha cerrado la brecha en acceso a saneamiento, banda ancha, telefonía fija y transporte.
Entre 2008 y 2017 Ecuador avanzó 71 posiciones en el indicador de calidad de las carreteras que utiliza el ICG, y con ello superó a todos los países de la región, con la única excepción de Chile (FEM). Asimismo, incrementó la longitud de la red vial en un 13% y aumentó el porcentaje de la infraestructura en buen estado de un 51% a un 71%.
Como recomendaciones y especialmente en un contexto de consolidación fiscal como el actual, Ecuador debería, según el informe del BID aumentar la eficiencia de la inversión pública y buscar mecanismos que permitan mantener el patrimonio vial acumulado durante la década pasada, entre otros puntos.
Fuente : MasContainer