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Economía peruana: es la hora de hacer reformas

La Voz de SE. El crecimiento esperado para el 2018 —impulsado por factores coyunturales— debería ser aprovechado para alcanzar un crecimiento estructural a futuro.

La recuperación económica del 2018 abre una ventana de oportunidad al gobierno para ejecutar las reformas estructurales necesarias para aumentar el crecimiento a largo plazo. Los astros están alineándose para el Perú. La inversión privada crecerá a su mayor tasa en cuatro años en el 2018, gracias a los mejores términos de intercambio. Por otro lado, la inversión pública tendrá una expansión ocho puntos porcentuales mayor a la de este año, gracias a los proyectos de infraestructura vinculados a la reconstrucción (SE 1584, SE Destaca) y a los Juegos Panamericanos (SE 1588, Sectores y Empresas). Los sectores vinculados a la demanda interna —que ya comenzaron a calentar en el 2017— se consolidarán el próximo año (SE 1588, SE Destaca). Los astros no sólo son domésticos: el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha aumentado el pronóstico de crecimiento de los principales socios comerciales del Perú (SE 1591, Economía y Finanzas) y el precio del cobre ha subido 25% en el año. Hasta el presidente del BCR, Julio Velarde, se mostró confiado sobre el 2018: “Tal vez nos quedemos cortos”, declaró en referencia a su proyección de crecimiento de 4.2%, durante el roadshow inPeru.

Esta revista ha sido optimista respecto a la recuperación e incluso ha recomendado a los empresarios aprovecharla (SE 1585). Ahora es momento de ver más allá. El crecimiento esperado de 4.2% para el 2018 está por encima del PBI potencial del Perú de 3.8% según el FMI (SE 1572, Economía y Finanzas). Esta es la tasa máxima a la que puede crecer un país sin generar presiones inflacionarias. Para crecer a tasas mayores en el largo plazo —de manera sostenible— habría que aumentar el PBI potencial, lo que requiere reformas estructurales. Éstas son: la tributaria, que implica un aumento de impuestos; la laboral, que pretende flexibilizar las políticas de despidos; y la promoción de la capacitación laboral para aumentar la productividad (SE 1579 SE Destaca). Estas reformas son impopulares, lo que dificulta su implementación en el corto plazo, especialmente en un contexto de “crecimiento mediocre” como el que ha tenido el Perú en el 2017, según el mismo presidente de la República.

¿Qué mejor momento para implementar medidas impopulares —pero necesarias— que cuando se tiene a la economía a toda máquina? “Los políticos deben aprovechar el ciclo para elevar el PBI potencial y construir resiliencia frente a potenciales riesgos a la baja”, señaló el último reporte sobre la economía mundial del FMI. Lo mismo aplica al Perú: el gobierno debe aprovechar a los astros, ahora que éstos le sonríen. El crecimiento del 2018 será coyuntural, impulsado por un efecto base y condiciones externas positivas. Los agentes han aprendido las lecciones del pasado sobre la volatilidad del ciclo económico, por lo que se mantienen precavidos. No se prevé que las grandes mineras, por ejemplo, inicien una nueva ola de megaproyectos (SE 1586).

Con reformas que ataquen la debilidad institucional se podrá ampliar la capacidad productiva del país y tener crecimiento ‘estructural’. Las debilidades mencionadas mantienen al Perú ‘en pañales’ (SE 1473, Comenta el director) y vulnerable al ciclo económico externo. El crecimiento del 2018 es una buena oportunidad para que el gobierno salga y le compre una buena ropa al país.

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