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MEF sobre megaproyectos: «La idea es estandarizar los contratos, que sean predecibles»

ENTREVISTA. César Liendo, viceministro de Economía, cree que la estandarización evitaría futuras ‘adendas’ y corrupción. La infraestructura impulsará la inversión privada, indica.

El viceministro César Liendo señaló que el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) está trabajando en estandarizar los contratos, principalmente vinculados al sector infraestructura, para agilizar su ejecución. En línea con lo sugerido por el Banco Mundial, apunta a que la estandarización genere mayor predictibilidad y un clima de mayor competencia, también espera que de esta forma se eviten futuras ‘adendas’.

En conversación con SEMANAeconómica, el funcionario proyectó que este año la inversión pública y privada continúe expandiéndose y se elevé en 17.5% y 3.5%, respectivamente. Afirmó que la ejecución de los proyectos que están en la cartera de ProInversión será clave para impulsar la inversión, que aportó en el 2017  el 10% del PBI peruano.

CAMBIOS EN LOS CONTRATOS

La ministra de Economía Claudia Cooper planteó retomar las APP con contratos más predecibles, ¿a qué se refería?

En el pasado hubo un crecimiento exponencial en las adjudicaciones, con un pico en el 2014 y 2015, en donde entraron varias cosas [el Gasoducto, la Línea 2 del Metro, entre otros]. Pero si uno identifica la ejecución se observa un análisis totalmente diferente: se adjudicó mucho pero se ejecutó poco. La razón es que hubo contratos poco predecibles y difíciles de entender para el mercado. Hay veces en las que los proyectos innovadores requieren traer estructuras financieras que el mercado local no comprende y cuesta cerrarlos, si no se cierran no se ejecutan. Nosotros lo que queremos es no tener cantidades estratosféricas de adjudicación que luego no se traduzcan en ejecución. Por eso la idea es estandarizar los contratos, que sean fáciles y predecibles, y que el mercado esté familiarizado con el formato.

Algo que siempre resalto son las concesiones y líneas de transmisión del sector eléctrico, son prácticas y rápidas en salir desde hace muchos años. Cuando le preguntas a la gente del mercado por qué sucede esto en el sector eléctrico y no en construcciones de carreteras u otros rubros, generalmente responden que por el nivel de estandarización.

Para el sector público también es más sencillo: ProInversión estructura, se lo muestra al sector, el sector lo conoce de memoria y se adjudica rápidamente. Los participantes compiten con mucha efectividad porque ellos ya conocen cuál es su estructura de riesgos y cómo se administra el riesgo con el Estado, con lo que el proceso se agiliza. Luego de la adjudicación, al momento de ir al banco, el banco lo entiende sin ningún problema y facilita la financiación. La estandarización es importante y hacia eso estamos yendo.

¿Tienen un cronograma para llegar a ese objetivo?

Creo que más que ponerse hitos o cronogramas es un proceso de ir avanzando en el tiempo, y de ir perfeccionando.

Se prevé adjudicar un récord de cien proyectos de obras por impuestos este año, ¿cuáles son las ventajas de este esquema?

Los cambios normativos ya se han hecho y lo que viene es el micromanagment que consiste en que las cosas pasen según la norma. El MEF en conjunto con ProInversión ha sido muy diligente en estos meses en asegurarse que los procesos y los plazos se den de acuerdo a la norma y es un mecanismo que se espera que continúe acelerándose. Respecto a los beneficios, es una forma de ejecución de inversión pública mucho más rápida porque no pasas por la contratación pública. Además, es descentralizado, si ves la cartera de obras por impuestos la mayoría de los proyectos están repartidos en costa, sierra y selva. La cartera está fuertemente diversificada, ya no sólo es infraestructura, ahora hay servicios, hospitales, escuelas. Hay 75 proyectos en 14 regiones.

¿La estandarización de los contratos evitaría que los riesgos no estén bien distribuidos en las APP, como se vio con Odebrecht?

Sí, claro. La estandarización da predictibilidad en general para todos los agentes que están en el proceso. Además, transparenta mucho más claro los riesgos financieros, riesgos de demanda y la expropiación que pueda tener un proyecto. Lo más importante es que la estandarización genera más competencia porque es un proyecto estructurado y fácil de leer para el mercado. Entre más competencia haya, menos espacio para la corrupción habrá.

Aunque los proyectos conllevan riesgos que se distribuyen entre el Estado y el sector privado, en la medida en que tengas proyectos claros en donde se determina cómo se distribuyen, quién asume que y cuándo se gatilla algún riesgo de demanda, va a haber interés por parte de los inversionistas. En la medida que esté bien estructurado el proyecto no vamos a tener que estar ni nosotros ni el sector privado solicitando ‘adendas’ a los dos meses de haber firmado la adjudicación.

¿La estandarización bastará para garantizar la ejecución de los proyectos?

Un tema que ha sido importante y creo que ha sido una de las razones por las que en el pasado ocurrió un incremento de las adjudicaciones que no vino acompañado de ejecución, es la entrega de terrenos, la expropiación de predios y liberalización de interferencias. El desfase que hubo entre adjudicación y ejecución no fue únicamente por contratos difíciles, sino también porque ha habido demoras por parte del Estado.

Estamos trabajando con el MTC y con el Ministerio de Vivienda para tener una fuerza expropiatoria mucho más rápida por parte del Estado. Ya se han realizado algunos avances: hay un proyecto de ley [para agilizar las expropiaciones] en el Congreso, listo para debatirse en el pleno. Esperemos que pronto se pueda debatir.

Un representante del IFC dijo que los tiempos de estructuración de proyectos en el país no son razonables y no evitan futuros vacíos, ¿estás de acuerdo?

A veces por acortar plazos y fases que tienen que darse terminamos adjudicando algo que no se va a ejecutar. Los procesos tienen una etapa de maduración que se tiene que respetar. En la medida en la que hagas contratos estandarizados, puedes respetar todos los procesos que tiene la estructuración de un contrato en tiempos relativamente cortos. Ahí podemos cumplir los dos objetivos: atender todos los procesos que llevan una estructuración y sin que haya demoras.

¿Este año habrá estandarización?

Sí, estamos trabajando en eso. Buscamos que los proyectos que estamos trabajando se estandaricen y tengan una plantilla que nos pueda servir para después.

LAS PROYECCIONES

En diciembre el BCR modificó sus proyecciones de inversión privada y pública para este año, ¿el MEF revisará las suyas?

Las proyecciones que tenemos para el 2018 es un crecimiento de la inversión privada de 3.5% y de 17.5% para la inversión pública, esas son las cifras oficiales. El ritmo de recuperación de la inversión privada que se ha dado en la segunda parte del año [2017]  ha sido más rápida de lo que esperábamos en el marco macroeconómico, entonces los sesgos al alza son más claros. Pensamos que la proyección de 3.5% de inversión privada podría quedarnos corta, y resultar un poco más alta.

¿A qué se debe? Yo resalto dos cosas: no sólo la recuperación, sino que empieza a ser una salida bastante diseminada por sector. Es decir, en la parte minera de hidrocarburos hay un claro crecimiento empujado por el precio y porque se han adoptado una serie de medidas para ir reduciendo algunas barreras que habían en el proceso de formulación de proyectos. Me refiero a los temas de reglamento ambiental para exploración minera, el viceministerio de Hidrocarburos y la modificación de los plazos de concesión.

Infraestructura también empieza a moverse, se han dado una serie de ‘adendas’ el año pasado, por ejemplo el aeropuerto Jorge Chavez, Red vial 4 y vienen otras en camino; Chavimochic, Majes, que deberían cerrarse en la primera mitad del año, inclusive en el primer trimestre de este año.

En inversión pública consideramos que la proyección de 17.5% es válida. El envión con el que hemos terminado el 2017 ha sido bueno en inversión pública, que creció a una tasa de dos dígitos. Es justo ese ritmo de tasas el que necesitamos en el 2018. Si bien el dato anual del 2017 no muestra eso, porque es un promedio que involucra un primer trimestre que fue flojo por El Niño y Lava Jato, si uno se enfoca en el último tramo del 2017 ve una inversión a dos dígitos.

¿Por qué el BCR bajó tanto la proyección de la inversión pública para este año?

Lo que puedo señalar es que vemos desafíos grandes este año para ejecutar la inversión pública por el lado de la reconstrucción. Se ha creado un nuevo esquema, una autoridad y una ley para ejecutar de forma más rápida la formulación  [de proyectos]. Si bien es una ‘tubería’ ágil, es una ‘tubería’ nueva y hay un costo de aprendizaje. Por eso creo que es desafiante, aunque estoy seguro que podremos ejecutar los S/7,000 millones [de la reconstrucción] ya que es uno de los drivers para llegar al 17.5% de crecimiento.

Otro driver será los Juegos Panamericanos, los cuales se han desarrollado rápidamente: ya se han hecho un par de licitaciones importantes a fin de año. En el 2018 hay un presupuesto importante para los Panamericanos de cerca de S/2,000 millones que creemos que también se ejecutarán gracias a ‘tuberías’ más rápidas.

Ahora se calcula 15 proyectos de APP por US$4,590 millones versus US$12,000 millones estimados en abril, ¿por qué?

El factor principal es el Gasoducto Sur Peruano, en ese momento el exministro [de Economía Alfredo] Thorne incluía ese proyecto que se iba a volver a licitar. Nosotros no lo hemos considerado ya que actualmente el proyecto se ha reformulado para volverlo más eficiente y no creemos pertinente estimar un monto e incluirlo en la cartera aún. El proyecto está avanzando, está en ProInversión en fase de estructuración y debería estar adjudicándose este año.

¿Qué proyectos están en la cartera de inversión del 2018?

En la parte de minería está la ampliación de Toquepala, la ampliación de Marcona y otros proyectos que se están ejecutando, el más representativo creo que es Mina Justa. Hay unos proyectos que se van a ir sumando y que ya están en la fase final de permisos y aprobaciones, como Corani. En infraestructura esperamos flujos importantes en Chavimochic, en Majes, en el aeropuerto Jorge Chavez, hay varias PTAR [Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales] en saneamiento, el terminal San Martín y los proyectos de líneas de transmisión también deberían estar ejecutándose en el 2018.

Ahora, para darle continuidad a esto se necesita una nueva ola de adjudicaciones y ahí hay una cartera muy interesante que se estaría adjudicado en el 2018. Estos flujos en la inversión e impacto en el PBI empezarán a finales del 2018 y durante todo el 2019. El proyecto más importante en esta cartera es Michiquillay, proyecto de cerca de US$2,000 millones. Su fecha de adjudicación es el 20 de febrero. A este proyecto se suman varios: el Terminal Salaverry [con fecha de cierre financiero a enero], el Ferrocarril Huancayo-Huancavelica, la Planta de Tratamiento del Titicaca, entre otros.

¿Cuál es el tiempo promedio que se maneja entre adjudicación y ejecución de una obra?

La cantidad promedio de tiempo que podría durar en ejecutarse un proyecto es muy heterogénea. En el caso de una línea de transmisión puede durar menos de un semestre o inclusive un trimestre; mientras que casos más complejos, alrededor de un semestre. Sin embargo, el tiempo está sujeto a varias consideraciones que escapan incluso al mismo proyecto.

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