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Riesgo reputacional: Sunat se sienta en la mesa de los directorios

El nuevo sistema de calificación de cumplimiento tributario de Sunat conlleva una serie de riesgos que los directorios se alistan a abordar con urgencia.

El cumplimiento de las obligaciones tributarias ocupará, ahora, un mayor espacio en la agenda de los directorios locales. Adecuarse al nuevo sistema de calificación de cumplimiento tributario de la Sunat (ver gráfico) —que califica su comportamiento como contribuyentes—, aclarar los criterios de evaluación de la autoridad y anticipar posibles riesgos reputacionales pasará a ser una prioridad. “La reputación es un activo que los directorios cuidan cada vez más”, remarca Beatriz Boza, Socia Líder Regional de Gobierno Corporativo y Empresas Familiares de EY Perú.

La calificación de cumplimiento de la Sunat no sólo podría involucrar la imposición de restricciones por parte de esta, sino que será de acceso público desde julio del 2025. Así, la alta dirección buscará anticiparse a una ‘nota’ que podría convertirse en un latente riesgo reputacional. “En un país donde abundan las suspicacias, esa es una: que la calificación se implemente con un fin loable, pero termine siendo una amenaza”, advierte Marco Antonio Zaldívar, director independiente en diferentes empresas.

Ahora, los directorios correrán contra el tiempo durante los próximos 12 meses para conocer al detalle los criterios de la Sunat, alinear a la organización para cumplirlos y pugnar por una mejor calificación. “Si uno se preocupa por adecuarse, ya le está poniendo una estabilidad al riesgo principal: el del compliance. Por ende, debería quedar un riesgo muy residual en términos reputacionales”, dice Mauricio Olaya, socio principal del Estudio Muñiz y director de empresas.

Las principales preocupaciones giran en torno a los criterios que el algoritmo diseñado por la Sunat tomará en cuenta cuando actualice los perfiles de cumplimiento en cada trimestre. Por ejemplo, una compañía que tenga litigios en curso con el ente recaudador podría recibir un menor puntaje de calificación.

La necesidad de adecuarse a este y otros criterios de la Sunat supone, además, un reto particular para los ejecutivos de la primera línea; especialmente, para los gerentes legales y de imagen o reputación, que persiguen, en muchos casos, distintos objetivos. Cuidar la comunicación sobre estos temas con los diversos stakeholders será vital para cuidar la reputación, como remarca la directora independiente, Rosa Asca.

Y es que, mientras litigar una controversia tributaria puede ser legítimo desde el punto de vista jurídico, ello puede acarrear un daño reputacional ante la opinión pública. “Las empresas que gestionan riesgos de manera articulada tienen en la misma mesa a los equipos de comunicaciones y legales. Será una contingencia más que incluirán en la mesa de trabajo”, finaliza el docente de Comunicación e Imagen Corporativa de UCAL, Fernando Reyes.

@SemanaEconomica

Imagen de istock

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