NACIONALES

Empresarios anticorrupción

La ciudadanía está harta de la tolerancia generalizada a la corrupción y espera una respuesta de la clase empresarial.

En el 2003, la Confiep asumió la Secretaría Técnica de la Red del Pacto Mundial que promueve la cooperación del empresariado con gobiernos, ONG, sindicatos, universidades y sociedad civil en la solución de los grandes desafíos del país. Sobre la base de diez principios en las áreas de derechos humanos, ámbito laboral, medio ambiente y anticorrupción, las entidades que se adhieren voluntariamente al pacto, asumen el compromiso de implantar tales principios en sus actividades y rendir cuentas a la sociedad con informes de progreso.

A la luz de los graves casos de corrupción con repercusión regional –como el de Lava Jato en Brasil– es una muy buena noticia el interés de algunos líderes empresariales por retomar el debate en relación al 10° principio del pacto: “Las empresas e instituciones deberán trabajar contra la corrupción en todas sus formas, incluidos extorsión y soborno”.

Una clase empresarial consciente reconoce que la corrupción se da en los ámbitos público y privado y que combatirla no es solo competencia del Estado, menos en un país en el que su Congreso, Poder Judicial, Policía Nacional y clase política tienen los peores niveles de percepción ciudadana. Reconoce su responsabilidad en involucrarse activamente en combatir este fenómeno cuya naturaleza es transversal, pues sirve de combustible a otros graves desafíos que impiden nuestro desarrollo sostenible, como inseguridad ciudadana, burocracia y ‘tramitología’, informalidad y evasión tributaria, mala calidad en educación, salud e infraestructura.

La ciudadanía espera con enorme interés el resultado de las reflexiones y las acciones concretas que una clase empresarial responsable lleve a la práctica para prevenir y combatir la corrupción.

* El invitado de hoy es Jorge Medina –  Presidente de Proética. Lea su próxima columna en cuatro semanas.

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