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Indecopi con dientes ante prácticas anticompetitivas

La voz de SE. Los recientes casos de concertación de precios revelan a un Indecopi con un saludable ímpetu por desterrar las prácticas anticompetitivas del país.

En las últimas semanas, el Indecopi ha mostrado un inusitado y saludable dinamismo por desterrar varias prácticas anticompetitivas en el país.

La semana pasada, sancionó en primera instancia el cartel del papel higiénico, en el que las empresas Kimberly-Clark y Protisa se coludieron para aumentar precios entre el 2005 y el 2014. También inició un procedimiento sancionador a 66 comercializadoras de gas natural vehicular por presunta concertación de precios entre el 2011 y el 2015. Unas semanas antes, inició un procedimiento similar contra 26 comercializadoras de diésel y gasolina en Chimbote.

Estos casos revelan el foco que viene poniendo el Indecopi a la desarticulación de prácticas de colusión, y que inició en el gobierno anterior. Sólo en el 2014, se iniciaron cinco procedimientos sancionadores por colusión y se revolvieron cuatro; en el 2015 se iniciaron tres casos y se resolvieron tres. Hace unas semanas, el presidente del Indecopi, Ivo Gagliuffi, dijo a SEMANAeconómica que habían seis programas de clemencia en curso, mecanismo bajo el cual las empresas delatan un cartel a cambio de la exoneración o la reducción de la sanción (SE 1560, Legal y Política). Este dinamismo contrasta con la actitud pasada del organismo: fuera de las últimas investigaciones, el caso más emblemático de colusión es la concertación de precios del pollo de 1996, ¡hace más de veinte años!

Este mayor dinamismo es destacable por varios motivos. Primero, revela una efectiva priorización en la estrategia del Indecopi. En vez de tomar acciones individuales contra empresas, como multas por permitir endosar pasajes —que tienen un efecto puntual—, desactivar cárteles puede tener un mayor impacto en la dinámica competitiva de una industria. Que varios de los jugadores se hayan acogido al mecanismo de clemencia (colaboración eficaz) del Indecopi sugiere el efecto disuasivo para que los actores del mercado dejen estas prácticas.

En un contexto en el que el control de fusiones de adquisiciones es una discusión pendiente en el Perú (SE 1446, SE Destaca; SE 1524, SE Legal), los recientes casos demuestran que la regulación ex post —vía la fiscalización e incentivos, tales como los programas de compliance y clemencia— pueden ser una herramienta efectiva para desterrar prácticas anticompetitivas. De hecho, estas prácticas son recomendadas por la propia OCDE. Implementar el control de fusiones costaría entre S/.4 millones y S/.5 millones anuales, según Gagliuffi. Sería interesante evaluar si no sería mejor utilizar esos fondos en mejorar la regulación ex post que ya da indicios de que funciona.

Finalmente, los casos también sugieren que el Indecopi está comprometido a actuar, ‘caiga quien caiga’. El caso del papel higiénico involucra a una empresa del tamaño y prestigio de Kimberly-Clark y Protisa, una filial del grupo chileno Matte. Las acusaciones de concertación también han recaído sobre grandes empresas como Repsol y Primax (del Grupo Romero).

Ver a un Indecopi con dientes es positivo para la percepción del ‘modelo económico’, al que sus detractores perciben como benefactor de las grandes empresas en detrimento del resto del país.

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