La fórmula equivocada: reforma tributaria sin inversión privada
Mientras el gobierno pretende incrementar la carga fiscal minera, la desconfianza que genera a inversionistas y empresarios golpeará con fuerza a la economía en el 2022.
Por David Reyes Zamora.
Es fácil para el gobierno caer en contradicciones. En tiempos de altos precios de los metales, decide entrar en campaña de una #ReformaTributariaYa que, sumada a los conflictos sociales y a la incertidumbre, le resta competitividad al sector y atractivo al Perú como destino de inversión. El régimen fiscal minero, modificado en el 2011, funciona: cuatro estudios (IPE, PwC, EY, Cesco) establecen que la carga tributaria va de 44% a 47.1%, y está por encima del promedio de la región y de Chile, nuestro competidor minero.
Pero aquí estamos, y la izquierda y el gobierno extienden su argumento falaz. “¿Cómo entender que el Congreso quiera quitarnos la oportunidad de construir más hospitales, colegios y carreteras?”, tuitea Verónika Mendoza, en línea con lo que repite Pedro Francke. Es la dicotomía reduccionista de siempre, donde hay ricos que no quieren compartir su riqueza por el bien común y pobres que no acceden a servicios básicos por culpa de esos ricos. Y para su propio rédito —que no llega (ver La voz de SE en la p. 6)—, el gobierno refuerza esta polarización de manera irresponsable y no se hace cargo.
Todos queremos un futuro promisorio para el Perú. Pero el camino más efectivo es atraer a la inversión privada, que el gobierno solo se encarga de ahuyentar. En el 2022, caerá -8%, según Macroconsult, y -2-5%, según Credicorp Capital. Así las cosas, el PBI crecerá solo 3% en lugar de 6% por el ruido político —mezcla de populismo e incoherencia—, lo que muestra a un gobierno insensible, que dista mucho de su nuevo slogan, “Siempre para el pueblo”. Porque lo que hace es, más bien, restarle posibilidades a los que menos tienen.
El descrédito internacional se hace cada vez más evidente y tendrá una difícil marcha atrás, lo que compromete la economía de los próximos años. No queda mucho para celebrar.
Fuente : Semana Economica
