Las contradicciones que causa el Covid-19: el petróleo crudo
Como es sabido, en los primeros momentos de presión por parte del Covid-19 sobre nuestras vidas, se desató una guerra de precios del crudo entre Arabia Saudí y China que llevó a éste a precios por debajo de US $20 el barril desde los US $50 /barril aproximadamente que estaba a final de febrero.
La guerra de precios afectó fundamentalmente a los Estados Unidos, cuyos métodos de obtención de crudo mediante la técnica del fracking le había convertido en exportador mundial, alterando totalmente su condición anterior de importador.
Esta situación lanzó a las petroleras y grandes traders a emprender de nuevo a almacenar grandes cantidades de crudo tanto en tierra como a bordo de supertanques, los very large crude carriers o VLCCs –anteriormente ya lo hicieron durante la crisis del 2009-, con dos objetivos: tratar de aguantar la caída y almacenar a precios bajos a la espera de mejores tiempos. Y así estábamos en esta carrera, cuando finalmente ni Rusia ni Arabia Saudita quisieron continuar más por ese camino y pactaron hace unos días, junto a los países de la OPEP, una reducción diaria de 9,7 millones de barriles en la producción (aproximadamente un 10% de la producción mundial en 2019).
Pero eso no ha puesto fin a la situación de bajos precios ni de acaparamiento de supertanques. A primeros de abril había entre 25 y 40 de estos VLCCs contratados para estos menesteres y, en este momento, ya hay 60 de ellos con 2 millones de barriles cada uno, mas las cantidades almacenadas en tierra que hacen, según Reuters, una cifra de 160 millones de barriles almacenados y más de 60 VLCCs haciendo de almacenes.
La cuestión estará en la duración en el tiempo de esta situación y la cantidad de VLCCs que la economía del crudo pueda aguantar sin que aparezca la escasez de petroleros para llevar el producto al refino.
Lo bueno de esta situación para países como España, es que siendo netos importadores, la factura del petróleo se reduce y no daña a nuestra ya maltrecha economía.
Fuente : El Naucher
