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MEF: Una reforma audaz

El MEF confía en que ingresos tributarios tendrán una tendencia al alza hacia el 2021.

Uno de los aspectos que más llamó la atención del Informe de Actualización de Proyecciones Macroeconómicas (IPM) del MEF, publicado la semana pasada, es el fuerte aumento proyectado de los ingresos tributarios del Gobierno en los próximos años, que contrasta con la caída observada en el primer trimestre. De hecho, el Consejo Fiscal cuestionó que la trayectoria de ingresos tributarios del IPM no está adecuadamente sustentada.

En ese contexto, el MEF insiste en que la trayectoria de ingresos planteada es viable. En parte, el incremento de la recaudación se dará gracias al propio crecimiento económico. El IPM proyecta que el PBI se incrementará entre 4% y 5% en el período 2018-2021, y la elasticidad recaudación/PBI es mayor a uno.

La otra variable clave en la proyección de ingresos del MEF es el éxito de su reforma tributaria, que tiene como puntas de lanza al régimen mype tributario (RMT) y a los beneficios a la declaración y repatriación de capitales en el extranjero. Sin embargo, las medidas tributarias del Gobierno y su impacto proyectado en el IPM tampoco están exentos de críticas.

EL RMT EN LA MIRA
El nuevo RMT es tal vez la medida más criticada por los expertos. El régimen permite que las empresas con ingresos hasta 1.700 UIT (S/6,9 millones) ahora paguen 10% de Impuesto a la Renta para las primeras 15 UIT de utilidades y que la tasa regular de 29,5% se aplique solo al excedente.

Como recoge una presentación del MEF, sobre este régimen se ha dicho que ha generado una migración masiva desde el régimen general del Impuesto a la Renta, que explica la caída en la recaudación de este tributo en los últimos meses, y que promueve la subdeclaración de ingresos o el fraccionamiento de las empresas para no perder sus beneficios.

Para el MEF, todos estos cuestionamientos son, en realidad, “mitos”. Así, destaca que casi el 10% de contribuyentes del RMT viene de los anteriores regímenes especiales para pymes (el RER o el nuevo RUS) o son nuevos contribuyentes. Además, el promedio mensual de registro de nuevos RUC de tercera categoría se ha multiplicado por 5,5 veces entre el primer trimestre del 2016 y el mismo período del 2017. Sin embargo, un temor generalizado sobre este régimen es que crea un incentivo perverso para las empresas, que podrían fraccionarse o reportar un crecimiento menor para permanecer en este régimen. “Esto no es formalización, es una migración”, afirma Sandro Fuentes, ex jefe de la Sunat y socio del estudio Rodrigo, Elías & Medrano. Añade que el régimen promueve el “enanismo” de las empresas.

Al respecto, el MEF apunta a que solo existen 4.500 empresas con ingresos de entre 1.200 UIT y 1.700 UIT, rango en el que podría tener sentido fraccionarse o declarar menores ventas. También sostiene que el costo de crear una nueva empresa desincentiva el fraccionamiento. “Quizá lo que no miden son aquellos que están en S/8 millones, pero les conviene ahora disfrazar S/1 millón para estar en el RMT”, cuestiona Fuentes. Un argumento final de defensa del MEF es que la tasa progresiva del RMT implica un “impuesto al crecimiento” menos severo que el que tendría una mype hoy al pasar de los anteriores regímenes especiales (RER y nuevo RUS) al régimen general.

AL QUE QUIERE CELESTE…
El MEF reconoce que la implementación del RMT tendrá un costo en términos de recaudación del Impuesto a la Renta, estimado anualmente entre S/800 millones y S/1.000 millones. En cambio, Luis Alberto Arias, presidente ejecutivo de Inde Consultores y también ex jefe de la Sunat, estima que el costo anual permanente de esta reforma sobre el PBI sería de 0,26% del PBI o por encima de los S/1.800 millones.

En cualquier caso, el MEF está dispuesto a asumir una menor recaudación en este tributo, pues su apuesta va por que el RMT aumente los ingresos por IGV al incentivar a las pymes a entregar y exigir facturas en sus operaciones. Solo si cumplen ese requisito podrán acceder a otros beneficios del régimen, como la devolución anticipada del IGV por compras de activo fijo o las mejores condiciones crediticias impulsadas por el Estado vía fondos de garantía administrados por Cofide.
“La formalización no es incrementar el número de contribuyentes por aumentarlo, sino tener empresas que compran y venden pagando impuestos [por esas transacciones]”, explica una fuente del MEF.

“Lo que pasa muchas veces es que las pymes sí emiten facturas para sus compradores formales, pero como adquieren los insumos de otra pyme informal que no da factura, no pueden usar ese comprobante para descargar el IGV y lo terminan rematando en el mercado negro, lo que ayuda a que se genere más evasión a lo largo de la cadena de valor”, detalla la fuente.

REPATRIACIÓN CON EFECTO
La otra gran expectativa del MEF es que la repatriación de capitales motivada por los beneficios tributarios tenga un “efecto de segunda vuelta”. Es decir, que no solo traiga un monto importante de ingresos extraordinarios este año, sino que genere un impulso permanente en los ingresos por la tributación de los capitales que se queden invertidos aquí.

Sin embargo, Fuentes anota que la medida ya se encuentra contra el tiempo. “Ya estamos en mayo y aún no están listos los formularios para presentar la declaración”, critica. La Sunat anunció ayer que el formato estará operativo en junio. Arias tiene dudas sobre si una gran parte de los capitales repatriados se quedarán en el Perú, dado que la ley permite que estos puedan volver a salir al cabo de tres meses. 

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