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“Para ampliar la base tributaria y la recaudación se deben eliminar todas las exoneraciones”

ENTREVISTA Luis Alberto Arias, economista experto en temas tributarios.

—El exjefe de la Sunat también considera que otra gran reforma pendiente es simplificar más de 600 tasas creadas por los municipios y entidades públicas. Recomienda replantear la lucha contra la evasión. Y, advierte que en el corto plazo hay poco espacio para aumentar el gasto y reducir impuestos, a la vez.

Ad portas de un cambio de Gobierno, Luis Alberto Arias considera que de ninguna manera se debe subir tasas impositivas, pero sí eliminar las exoneraciones tributarias, ampliar la base tributaria, luchar eficazmente contra la evasión y simplificar sustancialmente los trámites para el pago de impuestos.

En agosto, tendremos un nuevo Gobierno. ¿Qué situación y qué retos encontrará en materia tributaria y fiscal? Hay grandes retos. El primero es que la presión tributaria en el país es baja, en parte porque se recauda poco por el Impuesto a la Renta (IR) a las personas, por el Impuesto Predial y porque tenemos una alta informalidad. El segundo desafío es no solo mejorar la eficiencia del gasto público en educación y salud, sino también darles más recursos a estos sectores. Y en la actual coyuntura, en la cual si bien la deuda pública es baja, tenemos un déficit fiscal que tiende a acercarse a 3% del PBI, el cual no es coyuntural, es un déficit por aumento del gasto permanente y disminución de ingresos permanentes, y que se va a mantener por algún tiempo.

¿Cómo cerrar esa brecha? De hecho, la prioridad es restablecer tasas más altas de crecimiento de la economía, a 5% y 6%. Eso va a ayudar, pero no va a ser suficiente. Entonces, para el próximo Gobierno enfrentar demandas enormes de gasto en educación, salud, infraestructura, con un déficit fiscal creciente y una baja presión tributaria, es un gran reto. Ello implica la necesidad de implementar reforma fiscales importantes.

Usted se inclina por hacer reformas de fondo. ¿Cuáles? Estas reformas se deben dar en dos niveles. Uno es aumentar los ingresos a través de la ampliación de la base tributaria.

¿Qué significa ampliar la base tributaria? Para mí, ampliar la base tributaria significa eliminar exoneraciones tributarias. Estas representan dos puntos porcentuales del PBI (unos S/ 12,000 millones). Tenemos realmente que atacar a fondo y eliminar las exoneraciones.

¿Eliminar las exoneraciones en  todos  los  sectores económicos? En todos. Quizás las únicas exoneraciones que deberíamos dejar sean en aquellos que esté probado que benefician a los sectores de más bajos ingresos. Obviamente, a nadie le gusta eliminar exoneraciones tributarias, es políticamente poco viable. Pero la opción que veo es que, de la mano de la eliminación de estas exoneraciones, hay que asignar los recursos que se recauden por esta eliminación, directamente, al gasto en educación y salud. Esa sería una forma de darle viabilidad política a esta reforma.

¿Qué otra reforma tributaria debería hacerse? Hay que replantear la lucha contra la evasión tributaria. En el IGV, la evasión, que se redujo del año 2003 al 2010, de casi 50% a 30%, ya no se ha reducido más. Y en el caso del IR, hay pocas mediciones, pero las que hay nos dicen que estamos alrededor del 40% de evasión. Es decir, la reducción de la evasión tributaria se ha estancado.

¿A qué se ha debido eso? Hay varias hipótesis. Una puede ser la desaceleración de la economía. Es difícil reducir la evasión cuando el crecimiento económico se está desacelerando. Pero otra es que, muy probable mente, la estrategia de la Sunat para reducir la evasión se haya debilitado y, por lo tanto sea necesario priorizar estas estrategias. Creo que la Sunat, que es una institución central y un activo que tiene nuestro país, tiene varios aspectos para mejorar.

¿Cuáles, por ejemplo? Diría que el principal aspecto a mejorar es una reforma importante resumida en la simplificación de todos sus procedimientos. Hoy pagar impuestos es muy engorroso, lo cual contribuye a incrementar la informalidad. Se han hecho avances importantes, la Sunat ha progresado en instrumentos tecnológicos y virtuales, pero los procedimientos de auditoría, de reclamaciones y de cobranza a través del sistema de detracciones han complicado enormemente el sistema tributario. Entonces, hay espacio para hacer una simplificación que contribuya a reducir los costos que asumen los contribuyentes para pagar impuestos, sobre todo las microempresas.

Que son costos que se añaden al pago mismo de impuestos, que ya es un costo… Así es, son costos adicionales, no solo en términos de días u horas-hombre que se tienen que usar para hacer los trámites de pago, sino los costos que tiene que hacer el contribuyente para pagar a un contador o a un abogado para presentar la contabilidad, hacer la declaración jurada, para enfrentar un proceso de verificación o auditoría.

¿Hay estimaciones de cuánto representan esos costos? Están poco estudiados en el Perú, pero son importantes, y representan, en conjunto, varios puntos del PBI. Y son regresivos, como lo demuestran algunos estudios; es decir que son las pequeñas y micro empresas las que sufren más esos costos en términos relativos. Un estudio del Banco Mundial de hace pocos años mostró que esos costos en el Perú representaban 10% de las ventas de la microempresa. Es decir, estos costos son más importantes que bajar uno o dos puntos el IGV para una microempresa.

¿Qué hacer en este caso? Urge que se hagan estudios que actualicen el impacto de esos costos y también urge una estrategia para reducir esos costos para las microempresas, lo cual tiene que ver con la simplificación de los procedimientos de pago de impuestos.

¿Se tendría que reformar también la estructura de impuestos vigente? Yo considero que en 1990 se hizo una gran reforma tributaria, había más de 100 tipos de impuestos y se dejaron cuatro o cinco, que se han mantenido más a o menos hasta ahora. Entonces, en términos de estructura, creo que tenemos los impuestos necesarios, quizás en el futuro se podría evalua r la elim inación de algunos. Sin embargo, en el campo de las otras cargas (aquellas que se refieren a tasas municipales y ministeriales), no solo no hubo esta simplificación del número, sino que los municipios y ministerios han creado cientos de tasas por cada trámite que realizamos.

Eso también significa carga tributaria adicional… Sí, en términos de costos. Hoy, en el Perú hay cientos de tasas que se han creado en las municipalidades por licencias, permisos, trámites de construcción; en entidades regulatorias; tasas que se tienen que pagar en el Poder Judicial, en las comisarías, etcétera. Hay toda esa maraña de trámites que superan los 600 y sus tasas respectivas, que representan, en términos cuantitativos, 4 o 5 puntos porcentuales de la recaudación del IGV.

¿Por qué han proliferado estos trámites en municipios y en los ministerios? Porque estos trámites significan formas, maneras, que tienen los ministerios, las municipalidades y los organismos públicos en general, para financiar sus presupuestos. Acá existe lo se conoce como un incentivo perverso: a mayor cantidad de trámites que creo, tengo más ingresos para financiar mi presupuesto, para pagarle a mi personal, para caja chica. Esto amerita una reforma importantísima. La gran reforma, en términos legislativos, creo que está en este campo.

Hay algunas propuestas para desactivar la rebaja del IR que aprobó este Gobierno y que bajará la tasa hasta el 26% en el 2019; otras plantean bajar paulatinamente la tasa del IGV. ¿Qué comentarios tiene al respecto? En lo que se refiere a la tasa del IR a las empresas, a nivel de la OCDE la tasa está en 25%. Nosotros la estamos bajando desde 30%, ahora está en 28%, nos estamos acercando al promedio de la OCDE, lo cual es importante, porque nos hace un país más competitivo para atraer inversiones. En el caso del IGV, los países de la OCDE tienen tasas algo más elevadas. El promedio probablemente esté cercano a 20%, nosotros estamos con 18%, que es más alta que el promed io l at i n o a m e r ic a n o (15%). Entonces, es claro que, como política de mediano plazo, debemos tender a disminuir las tasas impositivas, el problema es si lo podemos hacer en los próximos cinco años, dada la coyuntura.

La pregunta es si el próximo Gobierno, ni bien entré, puede bajar impuestos… La pregunta es si en el corto plazo eso se puede hacer o no. En el fragor de la campaña electoral, se pueden plantear muchas propuestas, posiblemente sustentadas, pero a la hora que asuma el nuevo Gobierno tendrá que decidir, mirando la caja fiscal, si es más importante aumentar el gasto en educación y salud o bajar los impuestos. No quisiera adelantar opinión al respecto, pero es evidente que el espacio fiscal es hoy reducido y las dos cosas no se van a poder hacer a la vez: aumentar el gasto en educación y salud, y bajar la tasa de los impuestos.

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