NACIONALES

Proinversión a la deriva: más allá del cambio de director

Los pobres resultados de adjudicación justifican la salida de Alberto Ñecco, pero la entidad arrastra serios problemas que este gobierno debe corregir con urgencia.

Proinversión es hoy la institución que mejor representa las fallas de gestión del gobierno y sus funcionarios. Alberto Ñecco dejó la dirección ejecutiva esta semana por los notorios retrasos e incumplimientos de los objetivos de adjudicación de proyectos, advertidos en SEMANAeconómica a lo largo del año (SE 1652 y SE 1674, Sectores & Empresas). Solamente ha sido adjudicada una Asociación Público-Privada (APP) en el año: las PTAR del Titicaca. Y esta semana se retrasó la firma del contrato del proyecto de saneamiento. En semejante escenario, la permanencia de Ñecco era difícil de sostener.

Pero que la institución no esté cumpliendo con el propósito que justifica su existencia, es decir, promover proyectos de inversión, no puede atribuirse a Ñecco. Como tampoco pueden achacarse sus problemas institucionales al actual gobierno, el cual sí tiene la urgente tarea de relanzar Proinversión y replantear su rol en su política de promoción de la inversión privada.

La entidad ha cambiado constantemente y sin tener un norte claro en los últimos cuatro años. De la situación actual, tienen responsabilidad compartida los gobiernos de Ollanta Humala y Pedro Pablo Kuczynski. Hacia finales de la presidencia nacionalista, Proinversión perdió capacidad técnica por una fuga de talento hacia el sector privado. También perdió funciones, que fueron transferidas al MEF. Más adelante, enarbolando la bandera del ‘destrabe’ de proyectos, la administración de Kuczynski colocó en Proinversión al economista Álvaro Quijandría. Se desplegaron esfuerzos para que recupere funciones y capacidad técnica, elevar la escala salarial e incluir en el directorio a tres miembros independientes, además de los ministros. Ningún actor relevante del sector privado, advirtiendo posibles conflictos de interés, estuvo interesado en ingresar. Quijandría dejó Proinversión tras casi un año de gestión, y Ñecco asumió la dirección.

Ante las falencias reveladas en el caso Lava Jato, el gobierno de Vizcarra volvió a modificar la legislación en torno al modelo de APP, lo que implicó nuevamente menos funciones para Proinversión. El MEF ordenó la normativa, pero los repetidos cambios también generaron un escenario más impredecible para el inversionista. Además, el contexto de tensión política, la desconfianza hacia las APP por los escándalos de corrupción y la falta de liderazgo político agravaron los problemas operativos e institucionales que Proinversión ya arrastraba.

¿La salida de Ñecco garantiza que estos problemas vayan a ser superados? Es poco probable. Son necesarias transformaciones que vayan más allá de un cambio en la dirección ejecutiva. Redefinir la estructura organizacional de Proinversión, sus procesos internos, sus funciones en el nuevo sistema de APP y atraer personal con fuertes competencias técnicas es una tarea urgente para este gobierno. Como también lo es fijar un cronograma realista que otorgue predictibilidad al sector privado. Solo así logrará adjudicar los proyectos del Plan Nacional de Infraestructura. Quedan 18 meses de gobierno y el tiempo apremia.

Obtenga las ultimas noticias de APAM