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Tras esta cuestión de confianza, ¿habrá una breve calma política?

CRISIS POLÍTICA

Una breve etapa de calma política vendría tras la presión ejercida por el presidente Vizcarra al Congreso para acelerar las reformas judicial y política. Se prevé que el Congreso le dé la confianza al Ejecutivo.

Una breve etapa de calma política es lo que los analistas políticos vaticinan, después de que el presidente de la República, MartínVizcarra, planteara una cuestión de confianza y el Congreso anunciara a través de su presidente, Daniel Salaverry, que aprobará los cuatro proyectos de reforma política y judicial antes del 4 de octubre. Pero la crisis política no ha terminado, según los especialistas. El fujimorismo podría contraatacar y el Ejecutivopodría, en el peor de los escenarios, plantear una nueva cuestión de confianza.

“Antes del 4 de octubre es posible que los proyectos estén aprobados. No es momento ya de calificaciones. El Congreso de la República, desde el primer día, ha atendido estos pedidos y proyectos con la mayor seriedad y responsabilidad”, señaló el presidente del Congreso, Daniel Salaverry, en la tarde del lunes. La meta inicial del Ejecutivo era realizar el referéndum el 7 de octubre, junto a las elecciones regionales y municipales. Sin embargo, ahora espera que se realice el 8 de diciembre, en la segunda vuelta de estas elecciones.

TRANQUILIDAD MOMENTÁNEA

La breve calma se refleja en cómo la cuestión de confianza ocasionó la reacción de los fujimoristas para acelerar las reformas pendientesen lugar de contraatacar de inmediato. “Esto ha tenido un efecto político claro. Vizcarra ha marcado la agenda y las prioridades. La Comisión de Constitución ya aprobó un dictamen. El balance es positivo porque el Congreso está avanzando más rápido, pero el aspecto jurídico aún es incierto”, dice Jeffrey Radzinsky, analista político de la Escuela de Gestión Pública de la Universidad del Pacífico.

Este lunes —sólo un día después de que el presidente Vizcarra criticara que en 40 días el Congreso no había probado ni un solo dictamen de los cuatro proyectos enviados—, las comisión de Constitución y Justicia aprobaron los respectivos dictámenes sobre la reforman del Consejo Nacional de la Magistratura (CNM). Además, Daniel Salaverry adelantó que este martes se discutirá la propuesta del Ejecutivo de regresar a la bicameralidad. En cuanto a la cuestión de confianza, Salaverry añadió que, pese a algunas objeciones de forma, el Congreso recibirá al premier César Villanueva para que plantee la cuestión de confianza, dejando la discusión sobre la procedencia de lado.

El paréntesis en la escalada de la confrontación entre el Ejecutivo y el Legislativo se deberá también a la mayor debilidad de Fuerza Popular. El partido “ya está bastante aislado, no puede estar más debilitado”, señala José Carlos Requena, socio de la consultora de análisis político 50+1. Para Jeffrey Radzinsky, de la Universidad del Pacífico, “Fuerza Popular viene perdiendo aceptación en los últimos meses con mucha fuerza”. En agosto Keiko Fujimori tenía una aprobación de 15%, según Ipsos Perú, un mínimo histórico desde que se elabora la encuesta. Al inicio del gobierno, la lideresa tenía una aprobación cercana al 40%. En tanto, la aprobación de Vizcarra es de 45%, según la misma encuestadora, ha crecido ocho puntos desde su mensaje a la nación del 28 de julio. La mayor debilidad de Fuerza Popular la alejaría, al menos brevemente, de una mayor confrontación, mientras que el presidente gana mayor gobernabilidad.

El mandatario cuenta con el respaldo político que necesita para aprobar las reformas políticas y judiciales. “El gobierno va en un escenario de ganar o ganar. Sea por referéndum o por disolución del Congreso”, anotó el analista Fernando Tuesta.

La inesperada calma política se mantendría hasta que el Congreso plantee observaciones a las reformas judicial y política. Si éstas son muy sustanciales, el escenario de conflicto podría volver a presentarse. “El presidente puede insistir que las reformas sean aprobadas como él quiere. El temor que tengo es que haya sido aconsejado para que todo se acelere porque teme que el último año no pueda disolver el Congreso”, indicó el constitucionalista Carlos Hakansson.

CUESTIÓN DE CONFIANZA: ¿PROCEDE?

Horas después de que Vizcarra anunciara la cuestión de confianza, su viabilidad fue cuestionada. Ante ese escenario, fuentes consultadas afirmaron que la cuestión de confianza, si bien tendría como objetivo promover las mencionadas reformas, se enmarcaría dentro de los ejes de la política de Estado que involucran la integridad y lucha frontal contra la corrupción y el fortalecimiento institucional para la gobernabilidad. Las reformas en cuestión serían medidas específicas para cumplir con dichos ejes.

“En un sistema democrático hay un principio de separación de poder, pero también de equilibrio y balance de poderes. La Constitución no ampara el abuso del derecho, el hecho de dilatar por tener personajes involucrados”, afirmó el expresidente del Tribunal Constitucional, César Landa, tras indicar que un eje político como la lucha anticorrupción es una obligación de las entidades del Estado, más aún si la corrupción alcanza las altas esferas judiciales como el Poder Judicial, la fiscalía y el CNM.

ESCENARIOS ANTE LA PROCEDENCIA

En caso el Congreso otorgue la confianza al Ejecutivo, se demostraría un respaldo político de Fuerza Popular hacia el gobierno que no se había percibido durante los últimos meses. Además, se generaría una mayor presión política para que el Ejecutivo y el Legislativo trabajen en la búsqueda de acuerdos. “Al Perú le cuesta mucho mantener estabilidad cuando el Ejecutivo no tiene mayoría en el Congreso, pero es precisamente allí donde está el manejo político”, dijo Hakansson.

Las reformas podrían ser condicionadas a observaciones sustanciales para su aprobación a pesar de que el Congreso haya respondido inicialmente a la presión del presidente. Por ello no se descarta la posibilidad de que se plantee otra vez más una nueva cuestión de confianza en el futuro. “La cuestión de confianza se puede volver a plantear”, dijo Hakansson.

Un eventual cierre del Congreso pende en el aire. Radzinsky y Landa argumentaron que el gobierno de Vizcarra es la continuidad de uno que termina su mandato el 2021; sí sería la segunda cuestión de confianza planteada, tras la caída del gabinete de Fernando Zavala hace un año. El presidente está presionando al Congreso con las armas que la Constitución le da, agregó Radzinsky.

Por su parte, Landa indicó que de darse la disolución del Congreso, el gobierno tendría cuatro meses para convocar a nuevas elecciones. “Hay cuatro meses en los que el presidente puede gobernar mediante decretos de urgencia”, dijo. Anotó que en ese lapso el presidente podría convocar a referéndum para reformar la constitución sobre “las bases de que el pueblo es el soberano de la última palabra”. No obstante, Hakansson dijo que en esos cuatro meses la Comisión Permanente se mantendría en funciones hasta la convocatoria de nuevas elecciones del Congreso. El cierre del Congreso sería un “suicidio” para el Ejecutivo, según Hakansson. El analista sostiene que no tiene suficiente capital político para una maniobra de tal magnitud.

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